3 consejos para sobrevivir ante un jefe cabezón, difícil, y sabe-lo-todo

Publicado 21 Mar 2013, 11:25 am

Consejos para sobrevivir ante un jefe cabezón, difícil, y sabe-lo-todo
3 mandamientos para el aprendizaje a través de esa adversidad

 
 

“Se le llama tirano al soberano que no conoce mas leyes que su propio capricho.” ~Voltaire

Tirano: Cualquier persona en posición de autoridad que ejercen el poder opresivo o despóticamente.

¿Que haces cuando tu jefe es un tirano? O una vocecita dentro de ti dice: ‘mi jefe me está volviendo loco!’

Todo el mundo ha tenido al menos una vez el tipo de jefe pesadilla que hace que el sádico en una vieja película de guerra parezca una abuela bondadosa, del tipo aquel lleno de dificultades, de mal humor o jefe sabe-lo-todo, que te dan ganas de huir a la esquina más cercana a buscar una buena ventilación y permanecer ahí durante horas.

Cultiva el respeto

Cultiva el respeto

La buena noticia es que no estás solo. La mejor noticia: al igual que el aceite de hígado de bacalao o a hablar en público, es que esta es una experiencia que no sólo es buena para ti, sino que te beneficiará en formas que nunca podrías predecir. No estoy diciendo que va a ser diversión y juegos a lo largo de la situación ⎯ de hecho, casi puedo garantizarte que no va a ser así ⎯ pero siguiendo los mandamientos aquí a continuación expuestos, te ayudará a minimizar el dolor y maximizar el lado positivo.

Mandamiento número 1: No dejes que te vean sudar. Has visto la película donde llevan al prisionero condenado en la sala del tribunal, esposado, y con una expresión sombría de terror en sus ojos mientras arrastra los pies hacia su perdición? He aquí un consejo útil: Nunca te veas así cuando llegues a la oficina. Si realmente no puedes imaginarte trabajando para tu jefe tirano ni un minuto más, pues entonces trabaja en tu curriculum vitae y dedica cada minuto del día y las horas que te sobran a conseguir otro trabajo. Pero hasta que lo hagas, no mantengas la cara angustiada y trata de seguir el resto de estos mandamientos.

Mandamiento número 2: Toma el juramento de lealtad. No tienes que amar a tu jefe tirano, pero tienes que aceptar su autoridad y liderazgo. No hay nada más difícil que manejarse en un lugar de trabajo con lealtades divididas. Mientras que estás en el trabajo, tienes que estar en el equipo ⎯ no a medias, sino con convicción y propósito. Tienes que estar dispuesto a hacer que tu jefe se vea bien y a hacerte lucir bien en el proceso. No vayas por ahí parloteando sobre sus debilidades y no hagas nada para socavar el éxito de tu grupo de trabajo. Siempre y cuando seas parte del equipo, vas a tener que usar la camiseta. Envía tu curriculum vitae, tantos como tu quieras y puedas en tu tiempo libre, pero de 08:00-05:00, de lunes a viernes, tu todavía eres miembro dedicado a tal equipo.

Mandamiento número 3: Cultiva el respeto. Incluso si un trabajo en una organización esta plagada de corrupción o estupidez, hay razones por las que tu jefe es su jefe, si esas razones se basan en el mérito percibido o el resultado de nepotismo o el chantaje. De superior a superior alguien en la cadena alimentaria cuenta con tu jefe para que genere el dinero de la compañía y / o hacer buenas obras. Averigua qué características hacen que su jefe valué a los ojos de esos jefes mandones y has un esfuerzo para apreciar esas cualidades. Muestra tu respeto en su forma de hablar y la forma de actuar, tanto de forma directa a tu jefe y/o cuando hablas de él o de ella a los demás en dicha organización.

Recuerda que cualquier historia que puedes contar o decir puede tener influencia propiamente dicho, y cualquier oyente que vuelve a contar tu historia no puede tener en cuenta tus objetivos de carrera en mente.

Continuará!!

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