“… Dejó de estar perdido no retornando, sino virando a otra cosa.”—Rebecca Solnit.

Publicado 2 Jun 2016, 1:32 pm

“LA DEPRESIÓN DE STYRON.” CONCLUSION.

Somos muy reacios a ver cualquier cosa que amenace en ese sentido, poniendo en tela de juicio las virtudes de nuestros seres queridos.

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Podemos aprender a ver mejor, no sólo por nuestros cambios en el cerebro sino porque en realidad así es como sucede

El ejemplo más terrible de esta ceguera, Heffernan señala, esta en las familias dañadas por abuso infantil. Unos 700.000 casos de abuso infantil son reportados cada año —y esta es una de las formas menos reportada de violencia en la sociedad por una variedad de razones— que hace que sea imposible imaginar cómo tantas familias pueden cerrar los ojos ante la tragedia adentro. Y, sin embargo, las notas de Heffernan, muestra claridad imaginando y reconociendo una idea tan devastadora in action—  requiere de los padres y tutores a no perpetrar a cuestionar su propia realidad al tal grado en que muchos lo encuentran de escape inconsciente o “ceguera voluntaria”.

Ella toca el punto medular del fenómeno más ampliamente diciendo:

Las naciones, las instituciones, los individuos pueden estar cegados por el amor, por la necesidad de creerse buenos y dignos y valiosos. Simplemente no podría funcionar si  nos creyéramos a nosotros mismos a ser de otra manera. Pero cuando estamos ciegos frente a los defectos y fallas de aquellos que amamos, no somos eficaces, ya sea … Nos hacemos impotentes cuando pretendemos que no sabemos. Esa es la paradoja de la ceguera: Creemos que nos hará seguros, incluso, ya que nos pone en peligro.

Y sin embargo, la ceguera voluntaria, Heffernan argumenta, no es un diagnóstico fatal de la condición humana —puede que sea nuestra tendencia natural, evolutivamente cultivada, pero está dentro de nuestra capacidad para difundirse con la combinación correcta de la intención y la atención. Heffernan lo refleja en la evidencia alentadora de los diversos estudios revisados en ese punto precisamente en ese libro:

El aprendizaje más importante que ha surgido de esta ciencia es el reconocimiento de que si seguimos cambiando hasta el momento en que morimos. Cada experiencia y los reencuentros, cada pieza de un nuevo aprendizaje, cada relación o reevaluación altera el funcionamiento de nuestra mente. Y no hay dos experiencias que sean lo mismo. En su trabajo sobre el genoma humano, Sydney Brenner premio Nobel nos recuerda que incluso los gemelos idénticos tienen diferentes experiencias en diferentes entornos y que hace que los seres fundamentalmente sean diferentes. Los gemelos idénticos desarrollan diferentes sistemas inmunes. La práctica mental por sí solo puede cambiar el funcionamiento de nuestro cerebro. La plasticidad y capacidad de respuesta de nuestra mente es lo que hace que cada uno de nosotros sea más notable … No somos autómatas al servicio de la computadora principal en nuestras cabezas, y nuestra capacidad de cambio no puede ser subestimada.

[…]

Nos hacemos impotentes cuando elegimos no saber. Pero nos damos a nosotros mismos esperanza cuando insistimos en mirar. El mismo hecho de que la ceguera voluntaria es querida o deseada, es un producto de una rica mezcla de experiencia, conocimiento, pensamiento, neuronas, y las neurosis, es lo que nos da la capacidad de cambiarlo. Como Lear, podemos aprender a ver mejor, no sólo por nuestros cambios en el cerebro sino porque en realidad así es como sucede. Como toda sabiduría se hace, viendo comienza con preguntas sencillas: ¿Qué podría saber, debería saber, que no sé? Justo que me estoy perdiendo aquí?

“Willful Blindness” es una lectura provocadora y necesaria de principio a fin. Complementarla con “The Hidden Brain” del corresponsal de ciencia del NPR Shankar Vedantam y el manifiesto de Rebecca Solnit bienvenida a lo desconocido.

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Biografía: 

Rebecca Solnit es una escritora estadounidense. Ha escrito sobre una variedad de temas, incluyendo el medio ambiente, la política, paisajes y del arte. Solnit es editora colaboradora de la revista de Harper, donde dos veces al mes, escribe el ensayo “Easy Chair” de dicha revista. 

Nacida el 24 Junio 1961 (54 años), San Francisco, CA

Educación: Universidad de California, Berkeley (1984), Universidad Estatal de San Francisco.

Premios: Beca Guggenheim de Artes Creativas, en Estados Unidos y Canadá.

Nominaciones: Goodreads Choice Awards Mejor no ficción

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